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miércoles, 18 de mayo de 2016

Boris III de Bulgaria










En la madrugada del 30 de enero de 1894 nacía en Sofia el primer hijo del matrimonio formado por Fernando I de Bulgaria y  Mª Luisa de Borbón-Parma. Por aquel entonces Bulgaria era un pequeño principado que formaba parte del Imperio Otomano, la mayoría de la población era ortodoxa pero los Príncipes eran católicos por lo que para contentar a todos el pequeño Boris fue bautizado en ambas religiones.

Al día siguiente de que cumpliera los 5 años moría su madre y el pequeño Príncipe pasaba a ser educado por su abuela materna, Clementine de Orleáns. Cuando  ésta murió, Boris que contaba ya 13 años, pasó a depender directamente de su padre. Fernando  eligió personalmente a todos sus profesores, y a Boris se le instruyó en casi todas las disciplinas sin descuidar la instrucción militar y los idiomas, hablaba francés, alemán, ingles e italiano.

No tuvo una infancia ni una adolescencia feliz, su padre era un hombre exigente, muy autoritario y no daba muestras de sensibilidad ni afecto hacía sus hijos, probablemente en un intento de disimular su comentada homosexualidad.

Fernando I de Bulgaria

En 1908, Bulgaria se había convertido en un estado independiente y Fernando se había autoproclamado Zar del mismo. Permitió entonces una mayor libertad a Boris quien, a partir de 1911, justo un año antes de su mayoría de edad, pudo viajar por Europa y conocer a los miembros de la realeza y a los gobernantes de otros países.

Mientras esto sucedía en su vida personal, su país, Bulgaria, había sufrido el fracaso de la segunda guerra de los Balcanes y había visto como se  empequeñecía su territorio. El final de la Primera Guerra Mundial supuso otro fracaso y la pérdida de más territorios. El pueblo búlgaro sumamente indignado presionó al Zar que no tuvo más remedio que abdicar en su hijo y salir hacia el exilio.

Serían años difíciles los que siguieron a la coronación de Boris y, una gran depresión económica propició que los partidos de izquierdas ganaran las elecciones un año después de su llegada al trono. Se instituyó entonces en el país el gobierno de la Unión Agraria Popular Búlgara. Este gobierno, contrario a la monarquía, situó  a Boris  al margen de la política y el Ejecutivo jamás consultaría sus decisiones al Rey. Se vivieron años de inestabilidad, la Unión Agraria fue apartada del poder por un golpe de Estado que perpetraron los militares. Se perdieron muchas vidas en las luchas internas.

Boris, que permanecía en la sombra sin desempeñar ninguna tarea política se dedicaría durante ese periodo a sus aficiones: la mecánica y la naturaleza. También, y dando con ello muestras de sensibilidad e inteligencia, emprendería  viajes por su tierra, visitando los pueblos y las  ciudades de Bulgaria, interesándose por la vida de sus habitantes y llegando incluso  a convivir con ellos en  alguna ocasión. De este modo se ganaría el cariño y la lealtad de su pueblo.

Durante este periodo de inestabilidad y de luchas internas por el poder Boris sufrió dos atentados. En el primero de ellos murieron dos personas de su séquito y él resultó herido de bala. Tres días después de estos sucesos y en el funeral de un general en el que se esperaba su presencia se produjo el segundo, el estallido de una bomba  que causó 128 muertos aunque  no logró su objetivo: matar al Rey.

Tras estos atentados Boris emprendería un viaje con su hermana Eudoxia por distintos Estados, entre ellos Italia. Tenía ya 33 años y sabia que había llegado el momento de elegir esposa. En Italia conoció a la tercera hija del Rey Victor Manuel III, Juana de Saboya, y se enamoró de ella. Contrajeron matrimonio  católico en Asís en 1930  y poco después matrimonio ortodoxo en Sofía. 


Juana de Saboya


Bulgaria continuaba con una gran inestabilidad política agravada por una nueva depresión económica. Ni el Bloque Popular en el gobierno ni los comunistas que dominaban los ayuntamientos eran capaces de mejorar la situación y en 1934 un golpe de Estado coloca en el poder al círculo del Zveno que establecería una dictadura y  prohibiría todos los partidos políticos.

Al siguiente año, Boris cogería el timón del país y mediante otro golpe de Estado se haría con el poder. Sus primeras medidas fueron reimplantar la constitución y establecer un régimen parlamentario. Por primera vez en la Historia de Bulgaria las mujeres tuvieron derecho al voto. Gracias a la política del Rey,  Bulgaria empezaría a gozar de grandes avances económicos y sociales. Fueron  años de auge para todo el país.

En política exterior Boris tenía un lema: "Siempre con Alemania y nunca contra Rusia", y le funcionaría, ya que, con la ayuda de ambos países conseguiría firmar un convenio por el que le eran devueltos a Bulgaria los territorios que le fueron arrebatados en la Primera Guerra Mundial.

Pero todo tiene su precio y ya en la Segunda guerra Mundial, Alemania pasaría su factura. Boris, que deseaba mantenerse neutral, se vio obligado  a adherirse al Pacto entre Alemania, Italia y Japón, eso si, manteniendo sus relaciones diplomáticas con Rusia y negándose a enviar tropas búlgaras al frente.

El Führer deseaba un mayor compromiso por parte de Bulgaria y en agosto de 1943 cita a Boris para que acuda el día 15 a su encuentro. Hitler enviaría a su piloto personal, el capitán Hans Baur, en un Junker 52 para recoger al Monarca y conducirlo a Rastenburg. La cara del Rey era de autentica preocupación. 

Cuando llegaron a destino  a Boris le sorprende no encontrar esperándole  a su cuñado, Felipe de Hesse, esposo de Mafalda de Saboya y uno de los colaboradores del Führer, y éste hecho  aumentaría su preocupación.


Boris III y A. Hitler

Hitler y Boris no necesitaron intérpretes, hablaron en alemán y el contenido de su conversación se desconoce. Se sabe que al término de la reunión el Rey de Bulgaria estaba visiblemente excitado, lo que hizo imaginar que en la misma se habría producido una fuerte discusión.

Boris y su cuñado Felipe no consiguieron intercambiar ni una palabra a solas, y ni durante el almuerzo ni durante la noche se les permitió que se acercaran, siempre estuvieron rodeados de los oficiales de la Gestapo. 

De regreso, en el avión del Fhürer, el Monarca no podía disimular su frustración y desconsuelo. A su esposa, la reina Juana, tan solo le dijo  que "Las conversaciones con Hitler fueron muy fatigosas" y que estaba extenuado.

El 23 de agosto, ocho días después de su viaje a Alemania, el Rey sufrió  varios episodios de vómitos.  Se desató la alarma en palacio y se dio aviso a los médicos. A  los doctores Balbanof, Kirkovich, Eppinger y Sajitz, que eran quienes le atendían se les presentaron dudas diagnósticas. Unos pensaron que se trataba de una Colecistitis, otros de una trombosis coronaria. Tras las pruebas realizadas las dudas continuaban y entonces surgió otra duda, la peor de todas, el Monarca podría haber sido envenenado. Como consecuencia  surgiría la pregunta¿ Había mandado Hitler envenenar al Rey de Bulgaria?.

Los búlgaros se apiñan alrededor de los aparatos de radio y escuchan sobrecogidos la fría voz del  primer ministro búlgaro, el germanófilo Bogdan Filof, en los micrófonos de Radio Sofía: "Su Majestad el rey, zar Boris III, el Único, tras breve enfermedad, ha fallecido rodeado de su familia, hoy 28 de agosto de 1943, a las 16:22 horas". 

Dos días después del fallecimiento, el ministro de Justicia búlgaro publicó el acta de defunción, según la cual la muerte se debió a "obstrucción de las coronarias, bronconeumonía, edema del pulmón y del cerebro". Pero lo cierto es que la causa de la muerte todavía no ha sido establecida. Tenía 49 años. Su hijo Simeón, el heredero al trono, apenas seis.

La Princesa Mafalda de Saboya había acudido a Sofia para acompañar a su hermana en tan duro trance. A su regreso a Italia pudo comprobar que  Roma había sido tomada por los alemanes y que su familia había huido. Según parece Mafalda manifestó al oficial de la Gestapo que la acompañaba y que le preguntó por la causa de la muerte de su cuñado: "No trate de descubrir la verdad. Es mucho peor que todo lo que se ha supuesto hasta ahora". Pero si esto es cierto y si algo sabía Mafalda se llevó su secreto a la tumba ya que fue confinada en el campo de concentración de Buchenwald donde murió, mientras  su esposo, Felipe de Hesse, permanecía prisionero en el de Sachsenhausen.

Monasterio de Rila

 El 5 de septiembre de 1943 se celebraron los funerales por el rey Boris III en la catedral de Alexander Nevski y sus restos mortales fueron  inhumados en el monasterio de Rila. En un grandioso funeral el pueblo búlgaro se despidió del que había sido un querido y admirado soberano.

jueves, 5 de mayo de 2016

Fernando el Católico ( II)








La guerra se desencadena en Castilla entre los partidarios de Isabel y los de Juana "la Beltraneja". Fernando al frente de las tropas que defendían a su esposa lucha denodadamente y es recibido con entusiasmo en las distintas villas, reconociéndosele como verdadero rey. Las primeras monedas con la F y la Y entrelazadas se acuñaban ya en Toledo. Concluido el conflicto, los intereses de los reyes se centrarían en Andalucía. Sería precisamente en Sevilla donde Isabel alumbraría en 1478 un varón que se convertiría de inmediato en el heredero de la Corona. 

En 1479 muere Juan II, el padre de Fernando, y éste se ve obligado a partir para tomar posesión de su herencia que estaba compuesta por cinco reinos: Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca y Cerdeña a los que había que sumar el reino de Sicilia del que ya era titular desde hacía varios años. No iba a tener Fernando la misma libertad que tenía en Castilla para regir estos reinos. La nobleza territorial era fuerte, existía una gran depresión económica, las rentas reales eran más bien escasas y Fernando estaba lleno de proyectos políticos difíciles de consolidar; se vio obligado, por tanto, a buscar en Castilla los recursos que necesitaba para llevar sus proyectos a término. 

Las Cortes de Toledo de 1480 eran el eje conductor del fortalecimiento del reino de Castilla y Fernando consideraba que eran el ejemplo a seguir en los reinos heredados. Los años que siguieron fueron dedicados, por ambos esposos, a consolidar lo logrado por la monarquía y así, en política interior, institucionalizaron la figura del Corregidor, crearon la Inquisición y organizaron la hacienda real.  También, como no, dedicaron algún tiempo a dar más herederos a la Corona - que era otra manera de consolidar lo logrado - aunque Isabel no volvería a alumbrar a ningún varón. 

Hasta 1492 duró la campaña por la conquista del reino nazarí de Granada, fue una tarea ardua y difícil que obligó a los monarcas a modernizar el ejército y a gastar grandes cantidades de dinero en ello pero, finalmente, el 25 de noviembre de 1491, los reyes Católicos y el rey Boabdil firmarían las Capitulaciones para la entrega de Granada. 


La rendición de Granada. Francisco Padilla

Una vez conseguido el objetivo de Andalucía y con las enormes perspectivas abiertas por el descubrimiento de America, la política internacional de Fernando se centró en las posesiones en Italia y en las relaciones con Francia. Estaba en la mente de los Reyes Católicos tejer una la alianza con los distintos países europeos mediante una adecuada política matrimonial y contaban para ello con suficiente número de hijas.

Pero no todo podía ser controlado y establecido por la propia voluntad y la desgracia cayó sobre sus vidas arrebatándoles la muerte a su bien más preciado, a su hijo Juan, el único varón, el heredero. No sería esta la única desgracia puesto que la muerte se llevaría poco después a la siguiente en la linea sucesoria, la infanta Isabel y posteriormente, al hijo de ésta, el príncipe Miguel, en quien estaban puestas todas las esperanzas de los Reyes

En 1504 fallece Isabel "La Católica" y su testamento es claro, el trono de Castilla sería heredado por su hija Juana, casada con Felipe “El Hermoso” y el regente sería Fernando. Al impacto emocional que la muerte de su esposa debió de producir en Fernando se unió la debilidad política en la que quedaba Castilla ya que la mayoría de los nobles, ante la incapacidad mental de Juana, se posicionaron al lado de su esposo, Felipe. 

Todo parecía estar en contra de Fernando pero, con la habilidad política que lo caracterizaba, daría un golpe maestro y se casaría con la sobrina de su gran enemigo: Luis XII de Francia. Conseguía Fernando con ello a una joven de 18 años, Germana de Foix, los derechos sobre Nápoles que formaban parte de la dote de Germana y además, una alianza con el rey de Francia que debilitaría a su yerno ya que el monarca francés era hasta ese momento un aliado de Felipe. La fortuna, siempre caprichosa, también se alió con Fernando y Felipe "El Hermoso" moriría, a pesar de su juventud, en 1506.

Fernando, tras encerrar a su hija Juana en Tordesillas, volvería a dirigir el destino de Castilla como regente. 
Centraría entonces sus esfuerzos en conseguir un heredero para el reino de Aragón, con el propósito de que fuera un Trástamara y no un Habsburgo quien portara su corona. Consideraba que siendo su esposa tan joven la cosa no debía ser difícil pero olvidaba que él tenía 53 años y un cuerpo desgastado en mil batallas y en muchos lechos distintos del conyugal. 

Su esposa era una mujer grande y fuerte, amante del buen yantar y a la que P. Sandoval había descrito como "Poco hermosa y algo coja" pero sus 18 años llenaban de gozo e ilusión a Fernando. Era Germana una mujer inteligente y sabía muy bien que para obtener el futuro que deseaba era primordial engendrar un hijo. Pasaron tres años antes de que lo consiguiera, el fruto de aquella gestación fue un varón que, nacido en 1509 apenas vivió unas horas. 


Germana de Foix -G. Bausá 


Los cónyuges siguieron persiguiendo con ahínco el ansiado heredero. Las fuerzas de Fernando, a pesar de la juventud de su esposa, eran cada vez menores y en 1513 el rey enferma. Martin de Anglería nos cuenta en marzo de ese año : "Nuestro rey Católico se encuentra algo enfermo y ha vomitado todo lo que ha comido" y sigue diciendo "la causa es un feo potaje que Dª Germana le hizo administrar a D. Fernando por mediación de Dª María de Velasco para más habilitarle y que pudiese tener hijos". También y en similares términos se expresa Comenge que llega a decir que: "al rey se le dieron un potaje de turmas de toro". Se ha sugerido también por parte del Dr. Fernández Ruiz que, probablemente, Fernando tomase "Cantaridina", un potente afrodisiaco, muy peligroso en dosis altas, que actúa dilatando los vasos sanguíneos y que se obtiene de un insecto verde muy común en el centro de España. Cabe suponer que su médico de cámara, Francisco López de Villalobos, ignoraría la toma de dicho afrodisiaco. 

Sea como fuere, lo cierto es que Fernando se encontró mal desde entonces, tuvo distintos episodios febriles y algún desmayo. Se hallaba cerca de Trujillo camino de Guadalupe  cuando su estado empeoró y la comitiva real tuvo que parar y buscar acomodo en la villa de Madrigalejo. El 23 de enero de 1516  fallecía en esta pequeña aldea. El Dr. Junceda nos dice que en sus últimos días "no podía andar por su propio pie haciéndose llevar en una silla de manos, le apareció hidropesía y finalizó en una insuficiencia cardiaca". 

Como escribió el historiador Pedro Mártir de Anglería, «el señor de tantos reinos, el adornado de tantas palmas, el propagador de la religión católica y el vencedor de tantos enemigos, murió en una miserable casa rústica y, contra la opinión de las gentes, pobre».