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lunes, 30 de septiembre de 2013

Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia



Eugenia de Montijo-Winterhalter


Maria Eugenia Palafox-Portocarrero y Kirkpatrick, nació en Granada el 5 de mayo de 1826 y fue la segunda de las hijas de D. Cipriano Palafox-Portocarrero, grande de España, duque de Peñaranda, conde de Teba y de Montijo entre otros títulos y de Dª Manuela KirkPatrick de supuesta nobleza escocesa.

Su nacimiento fue azaroso, como lo sería su larga vida. Cuando en su madre se iniciaban las primeras contracciones que anunciaban el próximo alumbramiento comenzó a temblar la tierra. Aunque el movimiento sísmico era de escasa intensidad, su padre decidió instalar en los jardines de su palacio una especie de carpa para que su esposa fuera atendida sin los peligros que de la afectación de la estructura del edificio se pudieran derivar.

Dª Manuela, la madre de las niñas Palafox-Portocarrero, era una mujer ambiciosa que se había impuesto así misma una misión fundamental, conseguir unos buenos partidos para sus dos hijas. Así que, en 1837, se traslada a Paris con Francisca (llamada familiarmente Paca) y con Eugenia a las que inscribe en el colegio del Sagrado Corazón. D. Cipriano moriría dos años después pero la vida en París continuó mientras las niñas completaban su formación alternándose con periodos vacacionales en España.

Dª Manuela que seguía empeñada en casar bien a sus hijas organizaba fiestas con lo más selecto de de la aristocracia madrileña y así fue como la mayor de ellas, Paca, logró convertirse en Duquesa de Alba. Algunos historiadores señalan que Eugenia estaba enamorada del duque pero que éste finalmente eligió a su hermana.

Habiendo conseguido ya uno de sus objetivos, Dª Manuela regresa a París acompañada de Eugenia. Corría el año 1849 y Francia era una República que tenía como presidente a un príncipe: Luis Napoleón Bonaparte. Luis además de tener la ambición de convertirse en Emperador era también un gran mujeriego y no le pasó inadvertida la belleza de la joven aristócrata española. No consideraba el Príncipe a Eugenia una candidata adecuada para ser la futura emperatriz y su deseo de conquistarla no pasaba del deseo carnal y galante propio de la aristocracia de la época. Pero la española, bien aleccionada por su madre, supo jugar bien sus cartas. Hay una anécdota, por casi todo el mundo conocida, que cuenta que en una ocasión Luis pregunto a Eugenia "Por donde se va a su dormitorio madame" a lo que ella contestó "por la capilla, Sire"

Napoleón III- Winterhalter-Roma

Lo cierto es que consiguió su objetivo y el 30 de Enero de 1853 Luis Napoleón y Eugenia se casan en el altar mayor de la Catedral de Notre Dame. El 2 de diciembre de 1852, Luis Napoleón había sido nombrado Emperador de Francia, así que, no cabe duda de que Dª Manuela había conseguido su objetivo, una de sus hijas era duquesa de Alba y la otra Emperatriz de Francia.

Eugenia representó su papel de Emperatriz con verdadero entusiasmo. Dado que no era de sangre real intentó por todos los medios parecer más "real" que nadie. Derrochaba simpatía, encanto y sobre todo dinero que gastaba en joyas, vestidos y fiestas. Fue el referente de la moda femenina durante años y era imitada por el resto de las damas. Guerlain creó un perfume para ella y fue recompensado con el nombramiento de perfumista de su Majestad. No cabe duda de que dada su elegancia y belleza, dotó a la corte imperial de un gran esplendor. 

Eugenia queda embarazada en 1854, pero sufre una caída y el Dr Dubois que la atendía prescribe baños calientes. A éstos y no a la caída, atribuye la Emperatriz el aborto que sufriría días más tarde. El siguiente aborto se produjo un año más tarde aunque no hay referencias clínicas del mismo, así que, cuando poco después queda de nuevo embarazada se extreman todas las precauciones y el Dr Dubois recomienda descanso en Biarritz donde Eugenia había mandado construir un palacio dos años antes. Se consigue al fin que ésta gestación llegue a término aunque el parto se presentó difícil. Según parece el feto venía de nalgas por lo que el Dr Dubois solicita la ayuda de otros dos eminentes médicos: Darralde y Conneau y tras 22 horas de parto nace el día 16 de marzo de 1856 el Príncipe Imperial.

Una vez recuperada, Eugenia, a la que las veleidades de su marido con otras mujeres parecían no importarle, decide continuar con su vida social y tomar parte activa en la política de su país. Así lo comunica por carta a su hermana: "Querida Paca sin duda he nacido para la vida tumultuosa…Confieso mi espíritu aventurero…"

Eugenia desempeñó la regencia del Imperio en tres ocasiones: en 1859 durante la campaña de Italia, en 1865 durante la visita de su marido a Argelia y en 1870 en los últimos momentos del Imperio. La Emperatriz comprendía y asumía las guerras y parece ser que alentó algunas, como la invasión de Mejico por los franceses y la guerra de Prusia que concluyó con la derrota de Sedán.

La Emperatriz Eugenia-Winterhalter-Casa de Alba

En 1969, Eugenia, cobró un protagonismo sociopolítico importante al asistir como la máxima representación de Francia a la inauguración del Canal de Suez. Allí, a orillas del Nilo escuchó por primera vez la opera Aída de Verdi, en un espectáculo único y excepcional.

En 1870 se derrumbaba el Imperio francés. El 4 de septiembre se proclamaba la tercera República y Eugenia y su hijo huyen a Gran Bretaña. Allí esperan a Napoleón que había caído prisionero en Sedán. La vida de Napoleón sería corta tras la perdida de la corona imperial, falleciendo tres años después, en 1873.

Eugenia vuelca entonces todos sus desvelos y ambiciones en su hijo deseosa de que tuviera un destino glorioso pero la tragedia invadirá su vida en 1879 cuando el joven príncipe muere en la guerra contra los zulúes. La otrora Emperatriz de los franceses quedaba sola, las relaciones con su madre eran frías y distantes y de hecho ella misma le prohibió que acudiera a consolarla, y su hermana Paca, la duquesa consorte de Alba, había muerto muchos años antes.

Napoleón Eugenio Bonaparte

Vivió alternando sus residencias entre Inglaterra y Biarritz, sin interferir en absoluto en la política de Francia. Eugenia gozaba de una buena salud si exceptuamos algunos dolores de tipo reumático controlados por el Dr. Attenburough. Pero, ya hacía el final de su vida comenzó a perder progresivamente la visión. Diagnosticada de cataratas bilaterales decide ser operada por el Dr Barraquer y con tal fin se desplaza a España alojándose en el Palacio de Liria. Será su sobrino Jacobo, Duque de Alba, quien pedirá a Ignacio Barraquer que se desplace a Madrid para intervenir a la ilustre dama. La intervención fue un éxito y se cuenta que cuando a los cinco días le retiraron los apósitos, la misma Eugenia llena de felicidad solicitó El Quijote y logró leer un par de páginas.

Esa dicha duraría poco, un resfriado febril ocasionó una insuficiencia renal, probablemente ya latente, y que le produciría la muerte por síndrome urémico en la madrugada del 11 de julio de 1920. Tenía 94 años.

Soberbia y altanera para algunos, sociable y generosa para otros, denostada y alabada, criticada y envidiada, nunca resultó indiferente a quienes la conocieron. Le tocó vivir un periodo convulso de la historia de Europa pero como ella misma decía, había nacido para la vida tumultuosa.

Cumpliendo su expreso deseo sus restos mortales fueron trasladados a Inglaterra para ser enterrada junto a su marido y su hijo en la cripta imperial de St Michael’s Abbey.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha, emperatriz de Alemania


Victoria, Princesa Real - Winterhalter

Vicky, así la llamó siempre su familia, fue la primera de las hijas de la reina del Reino Unido, Victoria I y de su esposo el Príncipe Alberto. Nació el 21 de noviembre de 1840 en Londres y cuando todavía no contaba un mes de vida se le otorgó el titulo de Princesa Real.

Al poco de su nacimiento su padre, el príncipe Alberto escribió un memorando sobre los deberes y las tareas a realizar por el personal que atendiera a sus hijos, Además, el barón Von Stockmar escribió también un documento sobre los principios que debían seguirse en la educación de los hijos de Victoria y Alberto. Así pues, la educación de Vicky fue esmerada. A los 6 años tenía siete horas de clase diaria y desde que contaba apenas año y medio se le empezó a enseñar francés y alemán. Dicen sus biógrafos que fue una niña estudiosa y que mostraba un gran interés en aprender pero lo que verdaderamente tuvo importancia para la princesa y lo que configuró su carácter fue el constante contacto con su padre.

El príncipe Alberto deseaba alejar a sus hijos de la corte a fin de que crecieran con mayor libertad. Para lograrlo, la real pareja construyó en la isla de Wight el Castillo de Osborne sobre un proyecto del propio Alberto. Allí, los niños aprendieron a realizar trabajos manuales mientras su padre, que participaba de sus juegos les iba inculcando las ideas liberales que siempre tuvo y que en Vicky calaron muy profundamente.


Principe Alberto y Princesa Real - J. Lucas - Osborne

En 1851 se inaugura la Gran Exposición de Londres que había promovido el príncipe Alberto y a visitarla acuden lo Príncipes herederos de Prusia acompañados de sus hijos. Esta será la primera vez que Vicky se encuentre con su futuro esposo, el príncipe Federico y a pesar de la diferencia de edad - ella tenía 11 años y él 19 - entre ellos surgirá una empatía especial.

Este era un matrimonio deseado por la reina Victoria así que, cuatro años después, Federico es invitado a Balmoral y el compromiso matrimonial es anunciado en 1856 aunque se puntualiza que el matrimonio no se celebrará hasta que Vicky cumpla los 17 años. El príncipe Alberto, que siempre deseó una Prusia liberal, consideró que estos dos años que faltaban para la boda de su hija debían ser bien aprovechados y puso gran empeño en educarla en la historia del país que le estaba destinado y en los principios liberales que él mismo profesaba. Intentaba con ello que Vicky fuera el instrumento a través del cual, Prusia se convertiría en una Monarquía Parlamentaria tomando ejemplo del Reino Unido. Aquellas ideas liberales habrían de proporcionarle a la princesa más de una amargura. 

La primera de ellas vino con la celebración de su boda. El emperador consideraba que el matrimonio del príncipe debía celebrarse en Berlín pero, la reina Victoria se opuso y finalmente este se celebró en Londres en el palacio de St James.

Victoria, Princesa Real de Reino Unido, no fue bien recibida en la corte prusiana. Al espíritu antibritánico que imperaba en Berlín se unía el especial carácter de Vicky que consideraba a los Hohenzollern de inferior categoría a la suya propia, tal y como le había enseñado su padre.

En un principio se asigno a los príncipes un ala de Palacio Real de Berlín pero, dadas las pésimas condiciones en que éste se encontraba se trasladaron al Palacio de Potsdam. Vicky inició desde su boda una correspondencia semanal con sus padres en las que informaba puntualmente de los acontecimientos políticos de su nueva patria. En esas cartas, la reina Victoria no solo se permitía criticar la política prusiana sino que además instaba a su hija a seguir considerándose una princesa inglesa y como tal a defender los intereses de Inglaterra. La antipatía hacía la princesa crecía día a día. Tampoco la relación con sus suegros fue buena y de todos era conocida la anglofobia de su suegra. 

Un año después de su boda Vicky da a luz a su primer hijo, el que con los años se convertiría en el Kaiser Guillermo II. El parto fue largo y estuvo a punto de costarle la vida a la princesa. El niño estaba en posición pélvica y fue extraído con fórceps. A los pocos días del nacimiento se dieron cuenta de que el brazo izquierdo del niño estaba inerte. La parálisis del brazo de su hijo causó en Vicky una conmoción difícil de entender. Tardaría semanas en comunicárselo a sus padres y según cuentan algunos de sus contemporáneos más cercanos, no por temor a causarles un dolor lógico sino porque se avergonzaba de haber traído al mundo a un hijo con una tara física. Victoria no soportó nunca el defecto corporal de su hijo y en lugar de compasión anidó en ella un resentimiento difícil de entender que la indujo a tratarle siempre como si fuera inferior al resto de sus hijos que crecían sanos y hermosos. El futuro emperador de Alemania jamás olvidó ese trato y con el tiempo vendría la venganza.
Victoria Princesa Real - Winterhalter - Buckinghan Palace

En 1861 cuando ya el padre de Federico ha ascendido al trono como Guillermo I, se produce una gran crisis de estado que tendrá como consecuencia el nombramiento de Otto von Bismarck como primer ministro de Prusia. Este nombramiento supuso para Federico y Victoria el aislamiento total, quedaron relegados a un papel meramente representativo, no podían disponer de dinero ni de libertad. Las abiertas criticas de Federico hacía Bismarck enfurecían a los conservadores prusianos que acusaban a Victoria de ser la instigadora de la conducta de su esposo. Así pues, Prusia miraba cada vez con peores ojos a "la inglesa".

Sin embargo, el matrimonio de Vicky fue feliz. Los príncipes herederos tuvieron ocho hijos y tras 27 años de espera, Federico fue proclamado rey de Prusia y emperador de Alemania a la muerte de su nonagenario padre en marzo de 1888. El título de emperatriz consorte sólo le duró tres meses a Victoria ya que en junio moría su esposo.

En cuanto se anunció la muerte de Federico su hijo Guillermo, ya emperador, ordenó la ocupación de la residencia de sus padres por los soldados. Mandó registrar todos los aposentos en busca de documentos que pudieran ser comprometedores para su persona y para Alemania, pero según parece nada se encontró. Los documentos habían sido depositados ya en Inglaterra cuando los entonces príncipes herederos habían acudido al jubileo de la reina Victoria I. 

Vicky abandona Potsdam para que se instale en él su hijo y con los 11 millones que según el historiador Emil Ludwig ha conseguido que se le otorguen como renta de emperatriz viuda se hace construir un castillo al que en honor a su esposo llamó Friedrichshof a pesar de que, tanto en su aspecto exterior como en su decoración interior, el castillo recordaba a una mansión inglesa. Allí Victoria consiguió reunir una pequeña corte de intelectuales liberales y pintores con los que criticaba abiertamente la política y el comportamiento autoritario de su hijo y allí siguió viviendo,  cada vez más sola, tras el matrimonio de sus hijas. Guillermo II no le permitió la más mínima ocupación que tuviera algún carácter oficial, ni tan siquiera, la presidencia de la Cruz Roja que sabía que su madre ansiaba. Pequeñas venganzas de niño herido o, tal vez, autodefensa ante las críticas maternas.


A comienzos del año 1901 muere la reina de Inglaterra. Vicky, diagnosticada de cáncer de mama tres años antes, no puede acudir a los funerales. El cáncer se ha extendido y tiene metástasis en la columna que le produce terribles dolores y la mantiene postrada en la cama. Su hermano, el ya rey de Inglaterra Eduardo VII, acude a verla acompañado de F. Ponsonby en calidad de secretario particular y de sir Francis Laking, su médico personal. Aunque la visita tenía carácter privado, Guillermo II no se separó del lado de su tío y consiguió que los hermanos no estuvieran nunca solos a fin de que no intercambiaran confidencias que le pudieran ser perjudiciales a él y al imperio alemán. A pesar de la estrecha vigilancia a la que fue sometida Vicky, ésta había conseguido seguir manteniendo correspondencia con su madre gracias a la ayuda de algunos fieles criados, pero ahora, se imponía para la emperatriz viuda la necesidad de sacar todas esas cartas de su palacio para impedir que cayeran en manos del kaiser. Finalmente y gracias a Ponsonby que camufló los documentos entre su equipaje, las cartas fueron sacadas de Alemania.

Muchas preguntas surgen tras la lectura de las distintas biografías, unas inglesas, otras alemanas, que se han escrito sobre esta emperatriz. ¿Era su sentimiento de pertenecer a una raza superior tan fuerte como para llevarla a traicionar al país al que debía lealtad por matrimonio, tal como nos cuentan los alemanes ó era tan sólo su espíritu liberal lo que se violentaba ante un totalitarismo que no deseaba para su nueva patria? ¿Era tan dura y fría como para que ni siquiera aflorará en ella ese instinto materno que hace que cualquier madre proteja más al vástago más débil? ¿ Fue acaso este antagonismo con su hijo, esta falta de amor, lo que condicionó el carácter megalomaníaco y agresivo de Guillermo II? ¿ Fue ese carácter lo que condicionó la política exterior del Kaiser y el destino de Europa en los albores del siglo XX? 

Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha murió en agosto de 1901.

Fue enterrada junto a su esposo en la Friedenskirche en Potsdam. En suelo alemán, para siempre.